Uno de los mayores problemas de esta era marcada (a fuego) por internet y los buscadores, metabuscadores, wikis, etc., es justamente el de delimitar y organizar esa cantidad inconmensurable de información. Otro, averiguar qué porcentaje de esa infinitud es confiable. Google propone una variante y presenta “knol”.
Organizar significa, entre otras cosas, saber en quién confiar cuando recopilamos información sobre un tema. Generalmente, el proceso de investigación y búsqueda implica enfrentarnos con una pantalla (si hablamos de internet) con un millón o más de links posibles para leer. Un tercio no se lee, otro tercio se sobrevuela…
Para poder “pasarla mejor” ante ese panorama interminable de posibilidades que desalienta a más de uno, tenemos que poder elegir, priorizar; en síntesis, evaluar esos contenidos. Y ese corpus acotado, pulido, limpio y seguro es, habitualmente, bastante difícil de lograr, ya que poder localizar los recursos y clasificarlos según diferentes tipos de criterios, por ejemplo: tipo de soporte (video, papel, que pueden ser más o menos útiles según las necesidades de la investigación), reconocer palabras claves para una búsqueda más exhaustiva o reconocer fuentes (diccionario, catálogo, enciclopedia) no es una tarea fácil.
Se plantea, entonces, la cuestión más crítica del vasto universo internáutico, ya que, aun logrando una clasificación ordenada y perfecta de la información, necesitamos saber cuán confiable es.
Uno de los grandes debates que se impusieron en estos últimos años, reflejados especialmente en lo que concierne a la Wikipedia, tiene que ver con la veracidad de la información que allí se encuentra. Todos escribimos en Wikipedia, todos corregimos Wikipedia, todos opinamos en Wikipedia. La verdad es que, para ciertos casos, la falta de seriedad y autoridad en el tema resulta un peligro.
Sin embargo, y haciendo referencia a los riesgos, cito: “Frente a estas denuncias y a las opiniones que pronosticaron la pérdida de credibilidad de la Wikipedia, Jimmy Wales anunció un cambio en el sistema de publicación, orientado a facilitar el proceso de control y aprobación de los contenidos por parte de los editores. La nueva medida implementada requiere que los usuarios se registren antes de incluir un nuevo artículo en la Wikipedia, aunque esto no es obligatorio para aquellos que sólo quieran modificar los artículos ya existentes o participar de otros canales”.
La red contiene una cantidad inconmensurable de información: caótica, escondida mezclada, confusa, esquizofrénica y, tal vez lo más peligroso, contradictoria. La motivación del proyecto es poder compartir la información pero de una manera útil. Material no falta, intención colaborativa sobra. Es necesario facilitar la conjunción de todos los elementos.
Google propone una solución sumando “autoridad comprobada” a la información y herramientas para facilitar la tarea. Para ello, comenzó a invitar a escribir a gente reconocida como experto en determinados temas. La necesidad de dar rigor a los artículos hace que se subraye muy particularmente la participación de estos especialistas. Google no actuaría como editor, sino que sería el encargado de proveer de herramientas e infraestructura a estas páginas.
Esas páginas fueron denominadas “knol”, palabra derivada de “knowledge” (conocimiento). La palabra knol define una unidad de conocimiento. Google quiere conseguir respetables autores que escriban sobre su especialidad, de manera tal que el factor que habíamos apuntado al comienzo del artículo (calificación seria de la fuente) se vería resuelto y, como consecuencia, lograría que el otro punto, la organización, también resultara de mejor calidad.
Organizar a través de este parámetro daría una prioridad automática en la lectura de un tema: leemos primero lo que ha escrito el “especialista” –el knol– sobre cierto tema. Sus páginas figurarían evidentemente primeras en las listas de búsqueda, lo cual resultaría particularmente interesante y confiable si son las páginas de los especialistas.
Recapitulando, un knol sería la primera información que estaría interesado en leer alguien que, por primera vez, busca sobre un tema específico.
El knol, a su vez, presentará y facilitará ciertas herramientas que los lectores podrán utilizar para comenzar a trabajar sobre sus contenidos. Aquí, la parte colaborativa. Se podrán hacer sugerencias, agregar contenidos pero siempre en relación y en contacto con el autor original y “especialista” en el tema.
Sin embargo, el proyecto está en fase de prueba. Para cuando esté en línea y pase a ser definitivo, Google informó que la excelencia ya no podrá ser controlada sino que sólo se ocuparán de “ranquear” la prioridad de los artículos para la búsqueda en Google. La responsabilidad final de la información no será avalada por ellos; es el autor quien se responsabiliza de sus propios contenidos.
Ahora ya no suena tan prometedor. En realidad suena más a “el primero te lo regalo, el segundo te lo vendo”, y el ranquear llevaría –antes que nada– a poner, una vez más, a Google en primer lugar.
Si el proyecto fuera como soñamos, debemos aceptar que sería un plan redondo: mucha información, material de calidad, autores especializados, indexado con criterios de prioridad y posible de comentar y compartir ¿Qué más se podría pedir?. Aun así, confiamos en Google y guardamos la esperanza de que marque la diferencia.