miércoles, 28 de mayo de 2008

La importancia del Copyleft en el aula

Un curso modelo

La profesora X tiene muy en claro cuáles son las cualidades de un buen docente y cuáles las de un buen alumno. De hecho, su curso rebosa salud y bienestar. Sus alumnos la respetan porque combina en una perfecta armonía la flexibilidad de una madre y la autoridad de un padre. Ella, sin hacer diferencias, sin gestos grandilocuentes, alienta las conductas positivas y corrige suavemente las negativas. El conocimiento es un bien: esta es una lección que sus alumnos no dejan de aprender. Los chicos o jóvenes trabajan solos o en grupos. Aprenden a cooperar y a valorar lo que cada uno sabe. A la hora de la producción o de la evaluación, la profesora X tiene la meticulosidad de que cada alumno dé todo de sí mismo; por eso controla palmo a palmo el desarrollo de exámenes o trabajos individuales. Se trata de que el individuo-alumno capitalice, en dos o tres hojas de precisas consignas, el recorrido realizado. Se trata de dar cuenta de lo que se sabe y del nivel en que se sabe. La profesora X tiene muy en claro cuáles son las cualidades de un buen docente y cuáles las de un buen alumno. Copiar implica no acreditar el propio conocimiento. Por lo tanto, no se permite la copia. Se sabe, el alumno que tiene problemas es el que copia: de machetes o de sus compañeros. Es el eterno plagiador de conocimientos ajenos.

La copia creativa

Esta clase modelo posee una lógica diferente a otros espacios, por no decir totalmente contraria. En dominios no estrictamente pedagógicos, la copia funciona de otra manera, posee un estatuto no tan dudoso como en el aula. De hecho, la copia es el comienzo de todo artista: la mimesis. El artista copia y plagia incansablemente, hasta que en un largo recorrido por fin encuentra su voz. La copia es el mecanismo de surgimiento del arte supuestamente más individual y puro. Se sabe, el mito de la musa es sólo eso: mito. El artista trabaja sobre el trabajo de los otros, se apoya en ellos. Imitación, copia, plagio: estímulos necesarios para la creación propia, individual. En teatro, el trabajo colectivo es una cuestión de producción. La copia es principio constructivo, el trabajo interpersonal supone la mimesis, la imitación. El resultado es un producto, algo nuevo allí donde sólo estaba lo viejo o donde en definitiva no había nada. La copia es, de hecho, la base donde se alza la diferencia.

El alumno-autor

¿Cuál es el origen de la pedagógica mala fama del copiar?

A veces, basta la prohibición para que el acto sea reprochable. Es decir: el acto no se prohíbe porque es malo, sino que es la prohibición la que lo convierte en malo. Así, la prohibición de la copia en el aula la convierte en un despojo: anula su potencial creativo, constructivo. La copia no es negativa en sí: lo que resulta negativo es que traiga como consecuencia la inmovilidad del saber, la detención del hacer y del conocer. El copyleft significa, en términos generales, liberar a la copia de su prohibición y de su tabú para que ella misma se convierta en otra cosa.

¿Cómo surge el copyleft?

Es una reacción opositiva, es la contracara del copyright. El copyright prohíbe la reproducción total o parcial de un texto para proteger los derechos de su autor. El copyleft, por el contrario, permite y reglamenta la libre reproducción del texto con la autorización expresa de su autor.

En el aula, la mala fama del copiar obedece a la lógica del copyright: protege los derechos del alumno-autor. Copiar en una prueba no es ilegal, pero podríamos decir que carece de legitimidad: se sanciona no penalmente, sino moralmente.

Pensado en términos pedagógicos, el copyleft significa no sólo la legitimidad de la copia, sino la posibilidad de que la copia se convierta en otra cosa. Si es posible un trabajo cooperativo en el aula, este cooperativismo debería poder extenderse a toda práctica pedagógica. El trabajo en grupo supone la copia, pero también la superación de la copia: el sello personal, el punto de vista individual. Si la discusión, la opinión y la concertación son formas del trabajo en clase, en donde el docente dialoga y escucha a sus alumnos, ¿por qué la discusión y el diálogo no pueden producir un trabajo escrito o una evaluación legítima? ¿Por qué no dejar que la copia sea el punto de partida voluntario de quien así lo quiera, pero para poder avanzar hacia la producción personal, como el grano de arena que cada uno coloca de sí en todo hacer comunitario?

El texto comunitario

Todo texto que circula en un aula es un material con relevancia pedagógica. La actual práctica educativa fomenta la creación y la manifestación individual de los alumnos. ¿Por qué no fomentar, igualmente, la circulación, el intercambio, el trabajo conjunto?

Ideas anquilosadas hacen que se relacione la escritura, el material de trabajo intelectual por antonomasia, con el individuo, con el sujeto uno e indivisible. Pero la producción del texto escrito también puede ser compartida, comunitaria. El alumno puede aprovechar las producciones de sus compañeros para, a partir de ellas, modificar, agregar, corregir o revisar. Debería poder pensarse un trabajo conjunto en torno a un mismo objeto, de manera que las fuerzas se concentren en una dirección y no se dispersen en una suerte de competencia individual.

Impedir la copia es también cortar la posibilidad de que el producto sea mejorado por otros, diferentes de su autor original. No es sólo el sujeto el que se beneficia permitiendo la copia: es también el objeto el que encuentra su beneficio.

Si mi trabajo es sometido a la amable pero crítica mirada de los otros y a su intervención activa, esto puede traer como consecuencia una mejora en calidad o una ampliación en cantidad y dimensiones del producto. Que los textos circulen libremente por el aula, sin prohibición de copia, libera al alumno de imposiciones innecesarias, que coartan la libertad lectora y productora. Leer y escribir deben ser actos de libertad suprema, y la circulación es la que garantiza esta libertad. Copiar, por otra parte, es aprovechar la creación del otro, su esfuerzo y su contribución. Permitir copiar es devolver la moneda, dar el grano de arena cuando se lo tiene. Copiar y dejar copiar estimulan directamente la producción, la corrección, la ampliación, el perfeccionamiento. La copia nunca podrá ser solamente copia. Y si lo es, sólo perjudicará al que copia, no a su comunidad.

Nuestras respuestas

La profesora X, después de nuestro recorrido, quiere que respondamos el siguiente cuestionario: ¿Qué es la copia? ¿Por qué es beneficioso permitirla? ¿Existe la copia pura o perfecta? ¿Por qué tiene la copia tan mala fama pedagógica?

La copia es una garantía del uso común y libre de la información que circula. La copia no desconoce al autor sino que, por el contrario, es casi un homenaje a su calidad de tal. La copia es la liberación del conocimiento para que este, en vez de ser un monumento intocable como una reliquia, sea una entidad vital y orgánica que crece, se reproduce y produce cosas nuevas. La copia es el aprovechamiento de lo ajeno para contribuir con lo propio. Permitir la copia no es otra cosa que volver a encontrar otra faceta de nuestra múltiple libertad: la de utilizar el conocimiento de que se dispone, la de aprovechar el material ya confeccionado, la de acceder al texto que circula. Permitir la copia es, también, permitir que lo propio sea mejorado. La copia perfecta o pura no existe: el mero acto de copiar crea la diferencia.

De nuevo el acto es un ejemplo muy ilustrativo: siendo el mejor falsificador de cuadros del mundo, mi Mona Lisa nunca será igual que la original; los especialistas encontrarán la diferencia. Cada copia, incluso sin la intención de quien la realiza, engendra la diferencia: de contexto, de tono, de matiz, de uso, de interpretación. Incluso si copio y me equivoco, invento; el error puede ser creativo, y copiar mal puede ser estar innovando.

Si la copia tiene mala fama en el aula es porque todavía hay rastros de una concepción reproductivista de la educación.

Se supone que en un examen o trabajo existe una manera correcta de proceder, y copiar esa manera (copiarle al que sabe la manera o la respuesta) es acceder sin mérito a la acreditación de un conocimiento que no se tiene.

Si está mal copiar es porque todos tienen que acceder, por separado, a un mismo producto (como en un examen de matemáticas). Pero la renovación pedagógica ha demostrado el carácter creativo y productivo del conocimiento, su lógica no reproductiva sino constructiva.

Prohibir la copia es un anacronismo de la enseñanza tradicional

La nueva forma de concebir la educación debe darle un nuevo lugar a la copia, no como parte de lo proscripto, sino como herramienta de trabajo, como posibilidad de creación y reconstrucción del conocimiento.

Rafael Arce, Nicolás César

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domingo, 18 de mayo de 2008

Tramo final...

Estamos llegando al final del Tramo de Formación Pedagógica, al menos, en el espacio de Educación, Ciencia y Tecnología. Quería, antes de publicarles el texto trabajado durante la última reunión y comenzar el trabajo, dejar en claro las consignas finales. Primero, los integrantes de este blog son:

María Elena Arabel
Gabriela Correa
Mirta De Luca
María Isabel Díaz
Alejandra Di Pascuo
Susana Fritzler
Graciela Mónica Lamberti
Sandra Medvedocky
Luis Alberto Romero
Verónica Szymuda
Segundo, la calificación definitiva para la acreditación de este espacio responderá a la evaluación que yo haga del trabajo desarrollado por ustedes dentro de este blog. Entre los criterios de evaluación consideraré la participación en el blog, el intercambio de reflexiones con los restantes participantes, el pensamiento crítico desarrollado en los comentarios realizados y la utilización del marco teórico propuesto por la bibliografía obligatoria para el análisis de las problemáticas planteadas y para la elaboración de los respectivos comentarios solicitados. Tercero, el objetivo del presente espacio, más allá de la articulación entre Educación, Ciencia y Tecnología, es la producción colectiva y el trabajo en red de ustedes, tal como lo definen Hardt y Negri. Básicamente, les propongo explorar esta nueva forma de producción, no sólo desde lo teórico sino también desde lo prático. De este modo, optimizaremos nuestro trabajo y generaremos nuevos entornos de aprendizaje para nuestros alumnos. Cuarto, el ritmo de participación en el blog será de una vez por semana, aunque será también flexible, ya que la idea del trabajo en red por medios virtuales implica la utilización de nuestros tiempos de una manera muy distinta a los ritmos de producción que imponen los horarios formales.
Un abrazo.

Carlos